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La fortaleza del dólar

17 oct 2022

Francisco García Benavides

Esto evoca la caótica década de los ochenta, catalogada como la ‘Década Pérdida’ en América Latina, ya que países como México, Argentina y Brasil no pudieron pagar las grandes sumas de dinero a sus acreedores internacionales.  

El expresidente francés Valery Giscard d’Estaing describió la hegemonía del dólar como el ‘privilegio exorbitante’ que posee Estados Unidos frente al resto de los países del mundo (Eichengreen, 2011).

 

Desde que se suscribieron los Acuerdos de Bretton Woods (1944), que instauraron la arquitectura económica global después de la Segunda Guerra Mundial, el dólar se convirtió en la moneda de reserva internacional. Desde entonces es un símbolo de estabilidad y seguridad. Por lo tanto, las decisiones económicas tomadas en Washington tienen repercusión mundial.

 

Aunque Estados Unidos cuenta con la inflación más alta en cuarenta años y el mercado de valores enfrenta caídas por encima del 20 por ciento, en pleno bear market, el país sigue siendo el refugio favorito del capital internacional tal y cómo sucedió en la Gran Recesión del 2007-2008 que inclusive fue generada por ellos mismos.

 

Normalización monetaria

 

La Reserva Federal (FED) inició este año un ciclo agresivo de incremento de tasas para reducir la inflación. Al aumentar la tasa de interés – costo del dinero – se contrae la cantidad de dinero en circulación y se enfría la economía y, por consiguiente, los precios.

 

El incremento acelerado en los precios es producto de las políticas monetarias y fiscales expansivas empleadas para atender la crisis por la pandemia de la COVID-19. De ahí que la inflación es el tema económico más importante del 2022.

 

Por un lado, la FED aumentó de cero a 3.25 por ciento la tasa de interés de referencia. Aunado a esto, disminuyó su programa de quantitative easing, que son las compras de valores que realiza el banco central en el mercado abierto para incrementar la oferta monetaria y crear actividad económica.

 

Por su parte, los programas fiscales del gobierno norteamericano como los cheques que se enviaron a todos los ciudadanos y los programas como el “Heroes Act” o “American Rescue Plan Act” inyectaron trillones de USD a la economía. 

 

Por esto, el prestigioso economista de la Universidad de Harvard, Lawrence Summers, advirtió en su momento que todas estas decisiones iban inevitablemente a culminar en un aumento generalizado de la inflación (Wolf, 2021).

 

Estados Unidos no fue la excepción. La mayor parte de los bancos centrales del mundo bajaron la tasa de interés mientras que sus gobiernos otorgaron sustanciales apoyos a la ciudadanía, con excepción de países como México. El mundo estaba viviendo la era del helicopter money, idea del economista Milton Friedman que se refiere a la inyección de recursos a la economía como si se estuvieran aventando desde el cielo.

 

Encima de esto, la invasión rusa en Ucrania exacerbó las presiones inflacionarias puesto que el precio de alimentos, metales y energéticos se dispararon con el inicio de la guerra. Por ejemplo, el precio del petróleo llego a cotizarse en $120 USD (Sheppard,2022).

 

Como resultado, los flujos de capital optaron por refugiarse en el dólar y los bonos americanos al ser una inversión segura y atractiva al ofrecer mayores rendimientos por el aumento de tasas.

 

¿Qué implica un dólar fuerte?

 

El índice del dólar estadounidense (DXY) es fue creado en 1973 para medir el valor del dólar contra una canasta de monedas internacionales.  

 

En un año el índice ha ganado alrededor de un 20 por ciento. Esto no se había visto en más de dos décadas.  La siguiente gráfica de Reuters (2022) muestra el desempeño del dólar con respecto a las principales divisas mundiales en lo que va del año.

 


Los únicos que se benefician de esta situación son los consumidores norteamericanos, al tener acceso a productos y servicios del extranjero a menor valor.

 

Sin embargo, las consecuencias para el resto del mundo son devastadoras puesto que hay un aumento en el costo de la deuda externa, precios de las importaciones y riesgos de una recesión. 

 

Impacto en la economía mundial

 

La pandemia de la COVID-19 provocó que muchos países tuvieran que endeudarse. Contra todo pronóstico, el Fondo Monetario Internacional (FMI) alentó a que muchos países lo hicieran para salir de la crisis económica y sanitaria (Greeley, 2020).

 

Ahora, el problema es que mucha de la deuda que obtuvieron fue en dólares, por lo que un aumento las tasas de interés, incrementa el costo que tienen que pagar.

 

Esto evoca la caótica década de los ochenta, catalogada como la ‘Década Pérdida’ en América Latina, ya que países como México, Argentina y Brasil no pudieron pagar las grandes sumas de dinero a sus acreedores internacionales.  

 

En la actualidad, Sri Lanka ya se declaró en suspensión de pagos y un nuevo gobierno tuvo que tomar control del país después de una severa crisis social y política. Otras naciones como Argentina están buscando desesperadamente renegociar sus pasivos (Cohen, 2022). Egipto y Kenia están en riesgo de declararse en suspensión de pagos.

 

El Líbano, Nigeria y Somalia viven una escasez de artículos básicos como alimentos, energía y medicinas por el aumento en el costo de las importaciones, generando una profunda crisis social. Mientras que economías más desarrolladas como la de Corea del Sur y la India están ante una disminución en la inversión extranjera directa (IED) que ha sido uno de sus principales motores económicos (Horowitz 2022).Esto en el contexto de una muy probable recesión en el 2023, la cual va a complicar aún más el escenario para las economías emergentes.  

 

El refugio

 

Por mucho tiempo se ha especulado una caída del dólar como la moneda de reserva mundial. Aunque, la realidad muestra que cada vez que hay una crisis el dólar es nuevamente el refugio preferido por todos.

 

Por esta razón, Estados Unidos continuará gozando del ‘privilegio exorbitante’ que le confiere el dólar mientras el mundo seguirá sorteando las decisiones de Washington.


Sobre el autor: Francisco García Benavides es Profesor del Tecnológico de Monterrey (ITESM). Estudiante del Doctorado en Política Pública (ITESM). Estudió la carrera de Ciencia Política (ITESM) y cuenta con maestrías en Administración Pública (Sciences Po Paris), Economía Política Internacional (London School of Economics), Finanzas (ITESM). Cuenta con experiencia en el sector público y privado.

 

Referencias

 

Cohen, Patricia. (2022). The dollar is strong. That is good for the U.S. but bad for the world. The New York Times. Recuperado de: https://www.nytimes.com/2022/09/26/business/economy/us-dollar-global-impact.html

 

Eichengreen, Barry. (2011). Exorbitant Privilege: The rise and fall of the dollar and the future of the international monetary system. Oxford University Press.

 

Greeley, Brendan. (2020). IMF chief Kristalina Georgieva: ‘The fund needs to have a big bazooka’. Financial Times. Recuperado de: https://www.ft.com/content/86d03296-7a61-44b1-a92e-ba55c7ba44cf

 

Horowitz, Julia. (2022). America’s strong dollar is hurting everyone else. CNN Business. Recuperado de: https://edition.cnn.com/2022/08/07/investing/strong-dollar/index.html

 

Reuters. (2022). Global foreign exchange rates. Reuters. Recuperado de: https://fingfx.thomsonreuters.com/gfx/rngs/GLOBAL-CURRENCIES-PERFORMANCE/0100301V041/index.html

 

Sandbu, Martin. (2020). Coronavirus: the moment for helicopter money. Financial Times. Recuperado de: https://www.ft.com/content/abd6bbd0-6a9f-11ea-800d-da70cff6e4d3

 

Shappeard, David. (2022). Oil Breaches $120 a barrel as petrol and diesel prices soar. Financial Times. Recuperado de: https://www.ft.com/content/e98313fd-a072-40f6-9e1b-4b52a1b1b20c

 

Wolf, Martin. (2021). Larry Summers: I’m concerned that what is being done is substantially excessive. Financial Times. Recuperado de: https://www.ft.com/content/380ea811-e927-4fe1-aa5b-d213816e9073

 

 

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