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El juicio de García Luna: el boomerang de Andrés Manuel López Obrador

2 feb 2024

Abraham Serrano Ortega

Columna invitada


A finales del mes de enero; vimos como López Obrador, rechazó una serie de reportajes que apuntan a que la DEA investigó sobre supuestas aportaciones del narco a su campaña de 2006. El presidente de México ha asegurado que se trata de una calumnia, pues los reportajes no presentan pruebas y ha afirmado que las publicaciones se enmarcan en la contienda electoral de este año en México y de Estados Unidos, cuando se juegan las presidencias de los dos países, y diversos cargos públicos en varios estados de las dos naciones, así como la integración del Poder Legislativo de Estados Unidos y el de México.


López Obrador, ha criticado al gobierno estadounidense y ha cargado contra los medios que han replicado la información; pero ¿Recuerdan cuando fue anunciado en los Estados Unidos el veredicto que declaraba culpable al Exsecretario de Seguridad Pública Federal Genaro García Luna y que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dedicó buena parte de su conferencia de prensa, en criticar la administración de Felipe Calderón?


Recuerdo que dijo algo muy interesante..."que ni el, ni García Luna ni Calderón eran México, sino representantes de un país", lo que es verdad, pero agregó que el de García Luna no era, por tanto, un juicio contra México. En eso se equivoca; porque en el banquillo de los acusados estuvo México como país, caracterizado como un virtual “narcoestado” ya que ésa fue la narrativa utilizada por la Fiscalía para que el jurado, literalmente, “creyera”, con base en los testimonios de los narcotraficantes reconvertidos en testigos de cargo, en la culpabilidad de García Luna.


No entendió el señor López Obrador; la amenaza que representa para el futuro de su administración, la forma en que se llevó ese proceso, y tampoco entendió que no se trata de un fenómeno aislado, porque a la par, podemos analizar el comunicado conjunto del Departamento de Justicia, DEA e Investigaciones de Seguridad Nacional, que no se queda ni remotamente en el caso García Luna, en virtud de que dice, “no se detendrán ante nada para perseguir a los funcionarios, políticos corruptos que se dedican al narcotráfico y la violencia”, y se agregó en aquel comunicado, que reafirmaban la dedicación de la DEA a perseguir y llevar ante la justicia a quienes permiten al cártel criminal de Sinaloa inundar a Estados Unidos de drogas mortales que están matando a estadunidenses a un ritmo sin precedentes.


Desde luego, es un mensaje claro a todos los líderes políticos del mundo, que comercian con posiciones de influencia para favorecer al crimen organizado transnacional, de que las autoridades estadounidenses perseguirán sin descanso a las organizaciones de narcotraficantes que amenazan la seguridad y la salud del pueblo, por lo que no fue un mensaje para los de ayer, sino para los de hoy y mañana; y en ese sentido, también es de suma importancia aquel discurso del presidente Biden, cuando habló sobre el estado de la Unión y el acento que puso en la epidemia de opiáceos junto con la exigencia de mayor colaboración de México.


Sumemos a todo esto, aquella carta de los veintiún fiscales de varios estados republicanos demandando que se consideraran como organizaciones terroristas y con todas las implicaciones que ello tiene, a los cárteles mexicanos. También se debe tener en el recuerdo; aquella comparecencia de la directora de la DEA, Anne Milgram, en el Comité de Asuntos Exteriores del Senado, donde reclamó la falta de cooperación de las autoridades mexicanas para detener el tráfico de fentanilo, así como las intervenciones de legisladores influyentes, como el demócrata Bob Menéndez y el republicano Ted Cruz, en esa misma comparecencia, acusando a autoridades mexicanas de tener una relación con el narcotráfico.


Todo esto, es lo que debería tener Andrés Manuel López Obrador en cuenta, ya que también resulta importante aquella declaración de Trump que dijo que implantaría, de regresar a la Casa Blanca, la pena de muerte para los traficantes mexicanos y que cerraría la frontera si no se acaba el tráfico de fentanilo. Las encuestas posicionan a Donald Trump para ganar la presidencia.


Por otra parte; México, desde muchas visiones contrapuestas, es para buena parte de Estados Unidos, un narcoestado, y la sentencia contra García Luna obtenida básicamente por declaraciones de testigos es consecuencia de ello, y esto, sin lugar a dudas es un arma formidable contra las autoridades corruptas mexicanas, pero también, contra algunos funcionarios corruptos estadounidenses, porque es todo un sistema, un entramado, que sin la participación de estadounidenses no sería posible la penetración del crimen organizado en diversas esferas políticas y sociales de los dos países.


Es increíble que López Obrador no entiende y ya no entendió; que vivir en una esfera con una realidad distinta, no le permite dimensionar la gravedad del asunto, y simplemente no entiende que es precisamente el juicio de García Luna, lo que pondría en apuros su actual administración, ya que recordemos cuando López Obrador lanzo un boomerang  y usó el caso para atacar a expresidentes y le pido al ingeniero Genaro García, que denuncie a Vicente Fox y a Felipe Calderón, pero ahora me pregunto ¿Qué pasaría si García Luna se le ocurre denunciar a López Obrador y a personajes que ahora están en el poder?


Recordemos que el exsecretario; tenía y puede tener, mucha información, y de acuerdo a la lógica, e incluso al sentido común, estos juicios criminales en los Estados Unidos, se caracterizan por que utilizan a delincuentes para estar denunciando a políticos del pasado y de la actualidad, estadounidenses y extranjeros, algunos relacionados con el gobierno actual del partido MORENA, por lo que en el caso de que  García Luna, decidiera entregar información y aportar evidencia de su inocencia, pero además, diera indicios y pruebas que culparan a otros funcionaros incluidos los de la Cuarta Transformación, si sería fulminante para el lopezobradorismo.


Es claro que García Luna ya ha sido condenado; y estará tratando de buscar la reposición de procedimiento en su juicio, para que, en ese sentido, cambie la sentencia. Pareciera que los esfuerzos de García Luna en su juicio serían en vano, y que dicha resolución sería irreversible, pero ¿Qué pasaría si lo que parece irreversible e imposible, se vuelva posible?


La decisión de la Corte sobre aplazar hasta abril la sentencia (No su culpabilidad; sino cuantos años será condenado); en contra de Genaro García Luna y así determinar el castigo al exsecretario de Seguridad Pública de México, toma otras connotaciones en plena efervescencia por las elecciones de 2024 mexicanas y estadounidenses, porque estaríamos a un mes para de que resolvería el juez el día primero de marzo; sin embargo, a petición de la Fiscalía del Distrito Este de Nueva York, el caso de  Genaro García Luna tiene ya un nuevo capítulo, luego de que la pronunciación de la condena, sea programada para el 1 de marzo próximo, posponiéndose seis semanas, es decir, hasta mitad de abril y el motivo por el que se aplazará esta resolución judicial es debido a que la Fiscalía pidió seis semanas más para responder nuevas mociones de la defensa de Genaro García Luna, quien fuera el 21 de febrero de 2023, declarado culpable por cuatro cargos relacionados con narcotráfico y uno más por declaraciones falsas.

El abogado de García Luna, presentó un documento de 61 páginas; en ese documento, se acusan supuestas irregularidades dentro del juicio y la recopilación de pruebas contra el expolicía, tema que podría no solo desestimar el juicio, sino incluso llevar a la cárcel a un agente de la DEA y a fiscales estadounidenses por violaciones a la ley.


Así las cosas, se esperaba que la sentencia se dictara desde junio del año pasado; sin embargo, mediante diversos recursos, la defensa de García Luna ha logrado posponer la resolución del juicio con el objetivo de reunir evidencia que pueda exculparlo. Estas mociones presentadas por la defensa y aceptadas en el juicio; obligaron a que la Fiscalía de Nueva York tuviera que que pedir tiempo para responder ante la nueva evidencia presentada.


La defensa de García Luna; entre otras cosas, argumenta que en el juicio las autoridades violaron las obligaciones Brady, establecidas en Estados Unidos desde 1963 tras el juicio Brady contra Maryland.El antecedente de ese caso; es que el tribunal de Maryland sentenció a Leo Brady y Charles Donald Boblit, por un crimen en primer grado. En dicho caso los fiscales ocultaron evidencia que demostraría que Brady no era del todo culpable, y al revelarse, los jueces le dieron su libertad, ya que fue Charles Donald Boblit quien cometió el delito.


Luego entonces, tomando como referencia aquel caso, la defensa de García Luna, habría enviado un documento en el que supuestamente la Fiscalía de Nueva York violó reiteradamente la ley y salvo que los desestimen las autoridades, algunos de los argumentos de la defensa de García Luna son:

El uso como testigo de Héctor Villarreal, exsecretario de Finanzas en Coahuila, quien fue declarado culpable de recibir sobornos y de fraude. En este caso, Villarreal había dicho que García Luna pagaba 25 millones de pesos al periódico El Universal para hacerle una buena imagen, tema que el diario desmintió.


Otro tema relacionado con Villarreal fue un supuesto paseo que García Luna le dio a él y más funcionarios en un búnker privado, ya que posteriormente se confirmó que no lo conoció y hubo un error con las fechas en las que dijo haber recorrido el búnker. Villarreal, también acusó que García Luna utilizó el software Pegasus en 2009 para hacer espionaje; sin embargo, dicho producto salió a la venta hasta el 2011.


La Fiscalía se enfrentaría a un problema en el juicio debido a que seleccionó a Villarreal, quien si bien tiene un acuerdo con las autoridades de Estados Unidos para ser puesto en libertad, siguió delinquiendo, lo que en teoría “anularía” su testimonio. La participación como testigo de Madrigal, agente de la DEA, también ‘mancharía’ el juicio, ya que supuestamente sabía de la violación al convenio de testigo protegido y dicha participación de Madrigal tiene otra controversia, ya que él entrevistó a Sergio Villarreal ‘El Grande’, uno de los primeros en testificar en el juicio. La información apunta que en 2010 habría recibido el testimonio de los supuestos sobornos del crimen organizado a García Luna y que no lo informó a sus autoridades dentro de la DEA, incurriendo en un delito.


Supuestamente los fiscales; escondieron documentos exculpatorios sobre García Luna, como memorandos de entendimiento, en los que se revela que el expolicía fue arduamente investigado en el sexenio de Calderón y tanto autoridades mexicanas y estadounidenses certificaron su trabajo.


La moción cuenta con pruebas y un testigo, lo que abriría nuevamente la disputa e incluso tacharía a los fiscales de manipular la información, por lo que se espera que la Fiscalía va  a contraatacar, ya que de lo contrario podrían tener consecuencias legales, así como tener que desechar el juicio contra García Luna.

Por supuesto que ello; tendría una interpretación y un uso político en México y en Estados Unidos. Recordemos un interesante reportaje del periodista Tim Golden que publicó una amplia investigación en la que cuenta cómo Roberto López Nájera, conocido como el testigo protegido “Jennifer”, testificó ante la DEA que entre 2009 y 2010 había sido abogado de Édgar Valdez Villarreal, “La Barbie”, y que había participado en una reunión en 2006, en Nuevo Vallarta, con políticos, que decían representar la campaña de Andrés Manuel López Obrador y narcotraficantes, incluyendo precisamente a “La Barbie”. Se menciona que en ese encuentro se llegó a un acuerdo para financiar la campaña de López Obrador en el 2006. Eran los años en los que Beltrán Leyva, todavía parte del Cártel de Sinaloa, tenían una amplia presencia en la Ciudad de México, Guerrero y Morelos, además de Sinaloa y Sonora.


Casualmente; ese reportaje, coincide con los argumentos que hoy maneja la fiscalía de Nueva York, que tendría abierta una investigación sobre la presunta entrega de dos millones de dólares del cártel de los Beltrán Leyva a la campaña presidencial en el 2006 y esta segunda información está relacionada con la primera, porque involucra al mismo cártel ya que uno de los personajes es Sergio Villarreal, El Grande, uno de los jefes de sicarios de los Beltrán Leyva, convertido también en testigo protegido a otro narcotraficante, Jesús El Rey Zambada, quien en el 2013 ya había declarado ante la DEA que habían financiado la campaña de 2006 de López Obrador a través de quien era entonces el subsecretario de Seguridad del gobierno capitalino, Gabriel Regino, que se especulaba que sería, dijo el hermano de El Mayo Zambada, el titular de Seguridad Federal si ganaba López Obrador la Presidencia.


El Quid del asunto es que todo esto, se declara en los procesos criminales instaurados en Nueva York donde se juzgó al Chapo Guzmán y a Genaro García Luna, y se pretendía juzgar al Exsecretario de la Defensa Nacional Salvador Cienfuegos y cuyo presidente de los Estados Unidos en aquellos años, cuando se iniciaron esos juicios, era Donald Trump. ¿Qué pasara si gana Trump y López Obrador ya no sea presidente de México?


Por ello; se debe tener especial atención en ese juicio, sobre todo, cuando el abogado defensor de García Luna interrogó a Zambada sobre el presunto aporte a la campaña de López Obrador en el 2006 y dijo que había pagado ese dinero a Gabriel Regino, pero que no era para López Obrador, cuando el abogado defensor ahondó más en el tema, la fiscalía interrumpió el interrogatorio porque dijo que ése no era el tema del proceso. Y el juez Brian Cogan lo aceptó. ¿Cuándo soltaran ese Kraken?


Lo irónico es que a los ojos de López Obrador; cuando las autoridades estadounidenses investigan, acusan y sentencian a personajes antagónicos de su gobierno y cercanos a Vicente Fox o a Felipe Calderón, como sería el caso de García Luna, merecen toda una conferencia matutina y mucha difusión mediática de ese juicio, señalando que los gobiernos del PRI y del PAN son una gran mafia, pero, cuando esas mismas autoridades, basadas con los mismos testigos, pero ahora, con acusaciones en contra de López Obrador y su círculo cercano, entonces ahora, son una calumnia y un ataque del gobierno estadunidense en contra del gobierno mexicano.


Si esa investigación; basada en esas acusaciones, son una calumnia contra López Obrador, también lo serían contra García Luna, porque el juicio contra éste se basa solamente en esos mismos testigos y sus testimonios. Lo que sabremos; si no ocurre otra cosa, a mediados del mes de abril del presente año, será si prospera la estrategia de la defensa del ingeniero García Luna y como para el año 2025 se verán los efectos en un posible juicio en contra de las autoridades del gobierno actual mexicano.


Inevitablemente, cuando Andrés Manuel López Obrador celebró el juicio de García Luna y lo difundió y manipuló con fines políticos, hoy es un boomerang y eso también se refleja en las acusaciones que se hacen en contra de personajes cercanos a él y en su persona.


Las publicaciones donde se informa sobre la corrupción y financiamiento del crimen organizado en campañas políticas; como fuera la campaña de López Obrador en el año del 2006, se dan también en estos últimos años, en un momento muy particular, donde sistemáticamente, se ha denunciado al partido de Morena de recibir financiamiento de grupos criminales en las elecciones del 2021 y en el actual proceso electoral de 2024, lo que intensifica el asunto, es que estamos frente al endurecimiento del discurso en Estados Unidos, sobre la seguridad fronteriza que ya abarca desde el presidente Joe Biden hasta Donald Trump, ante lo que consideran algunos políticos estadounidenses, de una poca colaboración de México para frenar la migración y diversos delitos, aumentando con ello, las amenazas a su territorio y con serias propuestas de cerrar la frontera, de usar fuerzas armadas estadounidenses en territorio mexicano de forma unilateral y todo ante la efervescencia electoral.


Por su parte; Mike Vigil, exdirector de operaciones internacionales de la agencia antidrogas estadounidense (DEA); en diversas entrevistas dijo que “No hay ninguna evidencia” de que Andrés Manuel López Obrador tenga o haya tenido vínculos con el crimen organizado, refiriéndose a las notas periodísticas que aseguran que miembros del crimen organizado entregaron dinero en la campaña de 2006 al entorno cercano del hoy Presidente y menciona que “Se habla de algunos informantes que dicen que tuvieron conversaciones con gente que estaban cerca de López Obrador, pero no hay ninguna, ninguna, evidencia que vincule a López Obrador” y además planteó la posibilidad de que gente cercana al mandatario pudiera haber utilizado su nombre para poder ganar dinero y en ese sentido dijo que …“En mi opinión parece que las personas que estaban cerca en la campaña de 2006 de López Obrador; posiblemente estaban utilizando el nombre del mandatario para poder ganar dinero del crimen organizado, pero de que el gobierno de Estados Unidos, tienen grabaciones, que ellos tienen videos, que tienen cosas contra del exmandatario, para nada”.


Por lo que el Presidente de México; Andrés Manuel López Obrador, corre un gran riesgo frente a su propio efecto “boomerang”, ya que podría perjudicarse al seguir opinando respecto a las posibles complicidades de los expresidentes mexicanos en las acciones por las que actualmente Genaro García Luna enfrenta en un juicio en Estados Unidos, ya que el día de mañana, podría ser él, sus familiares, o compañeros de partido, los que estén sentados en el banquillo de los acusados. Las vueltas que da la vida…

 

 Abraham Serrano Ortega.

OSAC Member y Director General de Proyectos para América Latina en Criminal Justice International Associates. Es consultor Internacional de Seguridad y Defensa, especializado en geoestrategia e inteligencia internacional y Derechos Humanos. Licenciado en Derecho, por la Universidad del Valle de México y Egresado del Centro de Estudios Hemisféricos de Defensa William J. Perry de la Universidad de la Defensa Nacional de los Estados Unidos de América.


Las opiniones expresadas en este texto no representan la postura institucional de Global Thought.

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