Alejandra Vianey Galván Rodríguez | Globalthought
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Jin, Jiyan, Azadi: Reconstruir la narrativa del hiyab desde las mujeres kurdas e iraníes

11 oct 2022

Alejandra Vianey Galván Rodríguez

El racismo, y por ende, la violación a los derechos de las minorías está vinculado con el uso desproporcionado de la fuerza pública, que, como en otros contextos, ejemplifica una evidente crisis de la seguridad y de los derechos humanos en Irán que globalmente se replica.

El asesinato de Jina Amini[1] una jóven kurda iraní de 22 años por parte de la Gasht-e Ershad (policía de la moral) tras su detención al usar mal el hiyab en Teherán, Irán, ha inundado los medios de comunicación donde se visibilizan las marchas de multitudes de mujeres quienes se movilizan por pedir que se respete su derecho a elegir el usar el hiyab.


El análisis del contexto iraní en relación a los derechos de las mujeres muestra múltiples posturas que, a su vez, traen a relucir el debate del feminismo neo-orientalista que destaca el rechazo a la idea del Islam, que oprime los derechos de las mujeres, y que critica la ley islámica como atrasada, o retrógrada. Por otra parte, también visibiliza el Islam tradicional y ortodoxo anti-moderno. Si bien, ambas posturas comparten una visión sobre el hiyab, es fundamental visibilizar que quienes se encuentra en medio de ambos paradigmas son las mujeres, quienes se visibilizan desde la narrativa de Occidente como entes pasivos que son claramente oprimidas por un sistema patriarcal que no sólo impera en el ámbito de la vida cotidiana, sino que el valor simbólico del velo en algo tan importante para la sociedad como la religión, lo hace relucir como una forma de patriarcado significativamente más represivo.


Sin embargo, la antítesis de la corriente de pensamiento feminista representa a su vez un arraigo por el código de vestimenta donde las mujeres deben portar correctamente el hiyab en el espacio público. Y aquí también hay en demasía características que visibilizan la inflexibilidad de los islamistas desde la Revolución Islámica de 1979, puesto que el hiyab debe ser una elección libre desde las y los creyentes del islam. Como muestra de ello, hoy en día las voces de las mujeres iraníes visibilizan: “A mí me gusta usar el hiyab, pero estoy de acuerdo con quienes no, pueden usar el chador o no usarlo”. Del mismo modo, el gobierno islámico en Irán – actualmente encabezado por el régimen de Raisi – debe traspasar los cánones del islamismo[2], que violenta, polariza y segrega a la sociedad iraní.


Como indica Asma Lamrabet:

El velo es finalmente el lugar de todas las contradicciones, porque a la par que oculta, expone la vulnerabilidad del ideal igualitario, de las diferencias y de la relación dominante/dominados, pero también muestra la incoherencia del imaginario interpretativo musulmán sobre el cuerpo de las mujeres musulmanas.[3]


El hiyab para las mujeres de los contextos árabe-muslumanes es una elección no sólo religiosa – visto el Islam como una forma de vida – sino un posicionamiento político, ya que las feministas islámicas, por ejemplo, emplean este simbolismo para emancipar sus resistencias en el ámbito público – sin perder de vista la crítica al islamismo despótico e intolerante – al renovar la hermenéutica islámica, es decir, a los hadices y a la sharía; ya que históricamente las mujeres iraníes y kurdas han sido agentes con incidencias en sus respectivas luchas políticas y desde sus distintas genealogías, puesto que fue la participación de las mujeres en la Revolución Islámica de 1979 lo que suscitó el éxito de la movilización en las protestas. Es por ello, que es preciso desmitificar la visibilidad del rol que se les da desde los medios de comunicación occidentales, desde los feminismos laicos y desde los discursos progresistas del norte y sur global.


Otro aspecto para considerar en el asesinato de la kurdo-iraní Jina Amini y que no se ha analizado debidamente es el aspecto de la diversidad étnica en Irán. Si bien, sabemos que Jina era una jóven kurda, el hecho de ser parte del kurdistán iraní no parece destacarse dentro de los muchos aspectos que estratifican su posición dentro de la sociedad iraní, ya que Amini una mujer que es parte de la minoría más numerosa dentro del Medio Oriente, dentro de la jerarquía sexo-genérica iraní; una mujer kurda.


El racismo, y por ende, la violación a los derechos de las minorías está vinculado con el uso desproporcionado de la fuerza pública, que, como en otros contextos, ejemplifica una evidente crisis de la seguridad y de los derechos humanos en Irán que globalmente se replica. Un rechazo sistémico a las diferencias étnicas y raciales que motiva a la policía como a otros agentes de la fuerza pública cometer indebidas faltas contra grupos vulnerables e incluso contra connacionales, ya que a partir del asesinato de Amini salieron a relucir detenciones arbitrarias de periodistas iraníes, como lo es el caso de Nilufar Hamedi, la periodista que inicialmente difundió en medios locales el homicidio de Jina, así como de activistas como Hossein Ronaghi que difundía las protestas en las calles, el corte de redes móviles e internet y la cancelación de clases en universidades; éstas detenciones son algunas de las muestras añadidas a la ruptura de los derechos en un gobierno fracturado por la resistencia a la oposición Occidental, del gobierno ultraconservador de Ebrahim Raisi.


Es necesario repensar las luchas políticas y las revoluciones en Irán, del mismo modo que es relevante visibilizar alternativas que narren perspectivas críticas desde el posicionamiento latinoamericano como países occidentalizados nuevas rutas epistemológicas que no repliquen el binarismo en las construcciones de género de las mujeres árabe musulmanas, que trasciendan más allá de la visión tradicional oprimida/opresor, víctima/victimario, sino que tomen en cuenta la multiplicidad de factores y actores en contextos como el kurdo-iraní.


Finalmente, es importante tomar en cuenta que desde los posicionamientos feministas del sur global no repliquemos fundamentos que anulen la agencia de las mujeres kurdas e iraníes, o que descarten la perspectiva de étnico-racial de las compañeras kurdas, sin contribuir a elaborar discursos islamfóbicos que añadan otras violencias sobre ellas; para evitar reproducir narrativas coloniales, capitalistas, patriarcales y hegemónicas de los contextos desde donde ellas desarrollan sus propias formas de organización y luchas política. Bajo nuevas perspectivas que construyan panoramas más amplios que aquellos que inundan las columnas mediáticas occidentales/occidentalizadas basadas en el análisis neo-orientalista donde reluce una visión reduccionista que exotiza el velo y dicotomiza las feminidades de las mujeres en tanto kurdas e iraníes.


Sobre la autora: Licenciada en Relaciones Internacionales por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y estudiante de la Licenciatura en Derecho y Criminología por el Instituto de Estudios Superiores Rosario Castellanos. Sus principales líneas de investigación son: género, terrorismo, conflictos armados en Medio Oriente y África, crimen organizado, trata y tráfico de personas, movilidad humana, y fuerza pública en América Latina.


Fuentes de consulta


Amnistía Internacional. Irán: El uso ilegal de la fuerza para sofocar las protestas por parte de las fuerzas de seguridad deja decenas de personas heridas. Disponible en: https://www.amnesty.org/es/latest/news/2020/01/iran-scores-injured-as-security-forces-use-unlawful-force-to-crush-protests/. Consultado: 23 de septiembre del 2022.

Arana Pellitero, Nagore. El feminismo islámico y la renovación de la hermenéutica coránica. 2017.

Grosfoguel, Ramón, et al. Feminismos islámicos. Bellaterra, 2020.

Lamrabet, Asma. El velo (El Hiyab) de las mujeres musulmanas: entre la ideología colonialista y el discurso islámico: una visión decolonial. Tabula Rasa [En línea]. 2014, n.21, pp.31-46. Disponible en: http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1794-24892014000200002&lng=en&nrm=iso. Consultado el: 23 de septiembre del 2022.

La Vanguardia. Detenida la periodista Nilufar Hamedi, la primera en dar la noticia de la muerte de Masha Amini Dirección URL: https://www.lavanguardia.com/internacional/20220925/8542587/protestas-iran-suman-41-muertos-television-estatal.html. Consultado: 25 de septiembre del 2022.

[1] Empleo el nombre Jina Amini y no Mahsa Amini como popularmente se mediatizó, ya que desde el colonialismo iraní del Régimen Islámico se le invisibilizó como kurda. [2] El islamismo hace referencia al islam político. Irán es considerada una República Islámica, no islamista a diferencia de ésta ser la ideología predominante de algunos grupos insurgentes como lo es el Dáesh, Boko Haram, etc. [3] Asma, Lamrabet. El velo (El Hiyab) de las mujeres musulmanas: entre la ideología colonialista y el discurso islámico: una visión decolonial.Tabula Rasa [En línea]. 2014, n.21. Disponible en: http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1794-24892014000200002&lng=en&nrm=iso. Consultado el: 23 de septiembre del 2022, p.31.

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