top of page

Las Naciones Unidas frente a la incertidumbre global: ¿un sistema que aún funciona?

3 nov 2025

Alexa Núñez

A ochenta años de la creación de las Naciones Unidas, la conmemoración del 24 de octubre invita a reflexionar sobre su vigencia y efectividad frente a los desafíos globales contemporáneos. Desde su fundación en 1945, con la entrada en vigor de la Carta de las Naciones Unidas —coincidente con la fecha que actualmente se reconoce como el Día del Internacionalista—, esta organización ha representando un referente en la cooperación internacional.

Sin embargo ante un escenario internacional caracterizado por conflictos prolongados, crisis humanitarias, tensiones geopolíticas y un sistema internacional cada vez más fragmentado, surge una pregunta: ¿la estructura diseñada hace ocho décadas continúa siendo funcional para atender los problemas actuales o requiere una transformación profunda?. Además, cabe preguntarse si, pese a sus limitaciones, el mundo estaría en una situación más crítica sin la existencia de un organismo multilateral como las Naciones Unidas.

El sistema de las Naciones Unidas 

Los órganos principales de la ONU son los seis establecidos en la Carta de Naciones Unidas en 1945: la Asamblea General, el Consejo de Seguridad, el Consejo Económico y Social, el Consejo de Administración Fiduciaria, la Corte Internacional de Justicia y la Secretaría. Cada uno de ellos desempeña un papel fundamental en los procesos de deliberación, decisión y ejecución dentro del sistema de la ONU. 


Por su parte, los órganos subsidiarios son creados por los principales con el propósito de apoyar, asistir o extender sus funciones. Su papel es esencialmente operativo, ya que facilitan el trabajo técnico y administrativo que permite la implementación de las decisiones adoptadas por los órganos principales. 


Asimismo, el sistema de las Naciones Unidas cuenta con agencias especializadas y programas y fondos. Las agencias especializadas son organizaciones autónomas vinculadas a la ONU mediante acuerdos formales de cooperación, tales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) o la UNESCO. En cambio, los fondos y programas, como el PNUD o UNICEF, son creados por resoluciones de los órganos principales y se financian principalmente a través de contribuciones voluntarias de los Estados miembros. 


Si bien cada una de estas entidades posee mandatos y competencias específicas, su alcance no incluye la imposición de medidas directas sobre los gobiernos nacionales. Su labor consiste más bien en acompañar, asesorar y fortalecer las capacidades estatales, sin distinción ideológica ni cultural. En este sentido, el verdadero valor de las Naciones Unidas radica en su acción discreta pero constante, al servicio como un espacio de mediación, cooperación y asistencia. 


El Consejo de Seguridad: el talón de Aquiles de Naciones Unidas 

Aunque el mandato fundamental de las Naciones Unidas es mantener la paz y la seguridad internacionales, una de las críticas más recurrentes se dirige a la estructura que tiene el Consejo de Seguridad, considerado por muchos como el principal obstáculo para la equidad y la eficacia del sistema. La composición de este órgano refleja el contexto internacional de 1945, ya que sus cinco miembros permanentes —China, Estados Unidos, Francia, Rusia y el Reino Unido—corresponden a las potencias vencedoras de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, a ocho décadas de su creación, esta configuración resulta cada vez menos representativa del orden mundial actual.


Esta situación es particularmente problemática porque regiones enteras, como América latina y África carecen de representación permanente. La permanencia de este diseño institucional perpetúa una distribución desigual del poder, donde los miembros con derecho de veto pueden bloquear resoluciones incluso ante crisis humanitarias o conflictos armados, limitando así la capacidad de acción del propio sistema multilateral.


Durante la octogésima sesión de la Asamblea General, diversos Estados reafirmaron su compromiso con el multilateralismo y reiteraron la necesidad de una reforma integral del Consejo de Seguridad. No obstante, la pregunta que persiste es si dicha reforma podrá concretarse en un contexto internacional donde los intereses nacionales de las grandes potencias prevalece sobre la cooperación colectiva. 


No obstante, es importante recordar que, aunque las Naciones Unidas y su Secretaría reconocen la urgencia de una reforma estructural, no tienen la facultad de adoptar decisiones unilaterales. En última instancia, la organización se compone de Estados soberanos, y cada uno de ellos interpreta las resoluciones y propuestas de acuerdo con sus propios intereses nacionales. Esta dinámica dificulta la posibilidad de alcanzar un consenso real y, en lugar de propiciar una reestructuración efectiva, podría derivar en tensiones diplomáticas o incluso en la renuncia de algunos miembros.


Por ello, más que una cuestión técnica o institucional, la reforma del Consejo de Seguridad exige voluntad política y compromiso multilateral genuino. Solo mediante la cooperación y la disposición de los Estados para anteponer el interés colectivo al individual será posible construir un Consejo de Seguridad más representativo, transparente y eficaz.



El sostén del mundo: logros y limitaciones 

Como cualquier sistema complejo, las Naciones Unidas tiene limitaciones, pero sigue siendo clave para el desarrollo de la sociedad internacional, pues enfrenta la difícil misión de gobernar la convivencia de miles de millones de personas que se rigen bajo reglas, culturas e ideologías diversas.

México fue uno de los 51 países fundadores que apoyaron y firmaron la Carta de las Naciones Unidas, y ha sido un firme defensor del multilateralismo. Hoy más que nunca, debe mantener ese principio como un pilar central de su política exterior, especialmente en el ámbito de la cooperación internacional.


Entre los logros más significativos de la ONU destaca la descolonización, promovida a través del Comité Especial de Descolonización (Comité de los 24, C-24), creado en 1961. Entre 1945 y 1980 existían más de 80 territorios no autónomos; actualmente, aún se reconocen 17 territorios en proceso de descolonización, lo que evidencia los avances logrados a lo largo de las décadas.


Asimismo, la organización ha desempeñado un papel crucial en la promoción de la paz y la seguridad internacional, así como en la regulación del Consejo de Derechos Humanos, la prevención y sanción de crímenes de lesa humanidad, el impulso de la lucha contra el terrorismo y la promoción del desarme. A través de órganos como la Primera Comisión de la Asamblea General y la Oficina de Asuntos de Desarme (UNODA), la ONU fomenta la transparencia en el comercio internacional de armas, protege a los civiles en conflictos armados y promueve la cooperación internacional para garantizar la seguridad global.


Por otro lado, la ONU ha sido fundamental en los procesos de negociación y creación de organismos dedicados a la lucha contra el cambio climático, como la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) y la Conferencia de las Partes (COP). Asimismo, ha promovido la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero mediante las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC) y ha impulsado la adaptación de las ciudades al cambio climático a través de iniciativas de ONU-Hábitat, entre otras acciones.


Del mismo modo, la organización se ha consolidado como un actor clave en la promoción de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas, principalmente mediante la labor de ONU Mujeres, que busca garantizar la participación plena y efectiva de las mujeres en todos los ámbitos del desarrollo.


Además, la ONU ha logrado regular aspectos diversos de la vida internacional cotidiana, actuando como mediador y facilitador de consensos. Por ejemplo, ¿quién coordina las medidas sanitarias a nivel mundial? La respuesta es la Organización Mundial de la Salud (OMS). ¿Quién regula los sistemas alimentarios internacionales? Esta función recae en la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Incluso en aspectos tan cotidianos como viajar, ¿quién establece las normas internacionales de transporte aéreo? Este papel corresponde a la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI).


Estos ejemplos muestran que las Naciones Unidas están presentes en numerosos aspectos de nuestra vida diaria y que, incluso quienes no se dedican al estudio de la política o a las relaciones internacionales, deben reconocer su relevancia y mantener una mirada crítica sobre su desempeño.

En marzo, el Secretario General de la ONU, António Guterres, presentó el Programa UN80, que busca transformar y modernizar el sistema de Naciones Unidas. Este programa propone tres vías de reforma:

  1. La mejora de la eficiencia y eficacia internas, incluyendo la reducción de la burocracia y la optimización de la presencia mundial de la ONU mediante el traslado de algunas funciones a lugares de menor coste.

  2. La revisión de la implementación de los mandatos, que implica examinar cerca de 4,000 documentos que sustentan el trabajo de la Secretaría de la ONU. Un mandato se refiere a una tarea o responsabilidad asignada a la organización por los Estados miembros, normalmente a través de resoluciones adoptadas por órganos de la ONU como la Asamblea General o el Consejo de Seguridad.

  3. La evaluación de posibles cambios estructurales y un reajuste de los programas en todo el sistema de Naciones Unidas.


Como parte del programa, se han creado siete grupos de trabajo temáticos que abarcan la paz, la seguridad, la acción humanitaria, el desarrollo, los derechos humanos, la formación y la investigación, y los organismos especializados. Cada grupo presentará propuestas concretas para mejorar la eficacia y coordinación del sistema.


Uno de los desafíos más importantes que enfrenta la ONU hoy en día, es el financiero, ya que miles de personas dependen de su apoyo en situaciones de crisis, conflicto o problemas de desarrollo. Actualmente, la organización asiste a más de 130 millones de personas desplazadas, proporciona alimentos a más de 120 millones, suministra vacunas a casi la mitad de los niños del mundo y apoya el mantenimiento de la paz, la protección de los derechos humanos, la organización de elecciones y la acción climática a nivel global.


A pesar de sus limitaciones, la ONU continúa siendo el foro esencial y único para promover la paz, el desarrollo sostenible y los derechos humanos, en la medida de lo posible, a escala global.


Conclusión

Las Naciones Unidas se sustentan en tres pilares fundamentales: la paz, los derechos humanos y el desarrollo. Aunque su labor ha sido decisiva para el progreso del mundo desde 1945, no debe idealizarse. Es necesario mantener una mirada crítica sobre su efectividad, reconociendo al mismo tiempo las limitaciones estructurales y burocráticas que enfrenta. Resulta fácil señalar sus deficiencias desde el exterior, pero debemos comprender que la arquitectura del sistema internacional se diseñó hace más de ochenta años y, por tanto, no puede responder con total perfección a los desafíos actuales. También debemos ser conscientes de que el buen o mal funcionamiento de la ONU no depende exclusivamente de ella, sino que es un trabajo colectivo. Cada acción de los gobiernos a nivel internacional es clave para alcanzar las metas propuestas. El mejor ejemplo de esta cooperación es la Agenda 2030 y sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, que requieren el compromiso y la colaboración coordinada de todos los países, la sociedad civil y otros actores para lograr el desarrollo sostenible, justo y equitativo que tanto se anhela.  


Desde la perspectiva de quienes integran la ONU, su labor se asume como un servicio público internacional. Negar ese papel sería un error, pues una de las lecciones más importantes que ha dejado la organización es que no se trata de estar únicamente del lado de quienes comparten su visión del mundo, sino de actuar como mediador entre posturas divergentes y acompañar incluso a quienes la contradicen, siempre en beneficio de la sociedad internacional.


Copyright © 2020 Global Thought . All rights reserved.

bottom of page