
1 ago 2025
Alejandra G. Marmolejo
Las recientes declaraciones de Javier Hernández, delantero de las chivas, emergen de un espacio mediático que es ampliamente conocido por el machismo normalizado
Las desafortunadas declaraciones de Javier Hérnandez sobre la masculinidad han traído a la mesa digital un debate amplio sobre roles de género y equidad en el deporte. Los argumentos sobre los riesgos de la diseminación de este discurso son valiosos para fundamentar los esfuerzos colectivos hacia la igualdad de género. Sin embargo, el contexto en el que se desarrollan las contrarespuestas para el delantero de las Chivas resulta fútil para la alfabetización sobre igualdad de oportunidades.
Primero es importante entender el ámbito deportivo: la paridad entre hombres y mujeres es un tema contempóraneo. Apenas en los Juegos Olímpicos de 2024 se alcanzó una cuota proporcional entre hombres y mujeres. No obstante, algunas disciplinas olímpicas siguen siendo exclusivas para las mujeres, como la Gimnasia Rítmica y la Natación Artística. En el deporte de alto rendimiento, estas condicionantes perpetúan los roles de género en un espectro de seguidores que aún vemos los deportes con etiquetas de “masculino” y “femenino”.
Sabemos que no debería ocurrir así, que en el deporte todas y todos cabemos sin importar expresión de género, talla, nacionalidad, edad, etcétera. Pero en las disciplinas profesionales, como el fútbol soccer, la historia se cuenta a través de datos que contrastan con el espíritu deportivo. En esta dimensión, las declaraciones del “Chicharito” se colocan en un target de audiencia nacional y específica que aún no acepta la inclusión de la Liga Femenil en espacios mediáticos amplios.
La Liga MX Femenil se consolidó apenas en 2017, con jugadoras que no experimentaron la transición entre el alto rendimiento y la profesionalización dados los bajos sueldos que otorgaban los equipos. Los salarios base en ese entonces eran de 1500 pesos mensuales y la situación no ha mejorado para la gran mayoría de las jugadoras. Actualmente, la jugadora mejor pagada es la española Jennifer Hermoso, delantera del equipo Tigres, aunque no existen datos exactos sobre sus ingresos anuales, se estima que su sueldo ronda los 300 mil euros por temporada. Por supuesto, que un ingreso alto para una de las mejores atletas de su disciplina no es un problema, pero la comparación con el talento nacional refleja un problema mayor: la normalización de los roles de género en las narrativas mediáticas deportivas. (Federación Mexicana de Fútbol. (2023). “Informe de desarrollo de la Liga MX Femenil”)

Los sueldos en el fútbol femenino profesional son bajos en cualquier aspecto; en comparación con los jugadores de la liga varonil, con respecto a otros equipos internacionales femeninos profesionales y desde la perspectiva de potenciales patrocinadores. De acuerdo con datos de la Federación Mexicana de Fútbol, el rango de sueldos más alto en la rama femenina es de 30 mil a 100 pesos mensuales; mientas que en la liga varonil el sueldo promedio – en general – oscila entre los 200 mil y 600 mil pesos. Estas cifras no incluyen patrocinios que marcas deportivas otorgan de manera individual a las y los futbolistas para campañas publicitarias. El uso de las redes digitales también genera ingresos extras para los atletas. Sin embargo, en la liga varonil, los sueldos están inflados por derechos de TV, patrocinadores, y transferencias, lo cual aún no ocurre a gran escala en la liga femenina. (Federación Mexicana de Fútbol. (2024). “Datos salariales oficiales de la Liga MX Femenil”)
Es verdad que el fútbol profesional femenil en México no genera recursos monetarios tan altos como la Liga MX varonil; no obstante, las cifras de espectadores son cada vez más altas tanto en asistencia de estadios como en las transmisiones de los partidos. La Federación Mexicana de Fútbol reportó 22.4 millones de visualizaciones durante todo el torneo de clausura 2025. Mientras que el promedio de asistencia digital por partido fue de 329 mil vistas, alrededor de 3 millones de visualizaciones por jornada deportiva. El público cautivo del fútbol femenil existe y sigue consecuentemente a sus equipos, pero la programación del calendario por torneo aún sigue siendo dispar. Por ejemplo, la liguilla, las semifinales y la final de la liga femenil en México se juegan los lunes por la noche, horarios que no son el prime time que usualmente reciben los mismos partidos en la liga varonil.
Esta condición es una subrepresentación mediática que podría corregirse con horarios intercalados entre ligas, y diferir la semana de los partidos de semifinales y final una jornada después del cierre de la liga varonil. Actualmente, Televisa Univisión, Fox Sports, Claro Sports e Imagen Televisión transmiten los partidos femeniles en sus diversas plataformas digitales y tradicionales. Sin embargo, TV Azteca, referente de las preferencias dentro de las audiencias en México, todavía no adquiere las licencias de transmición de la Liga MX femenil.
En cambio, el fútbol femenino en Europa ha logrado avances significativos en su visibilidad regional. Por ejemplo, la final de la Eurocopa Femenina 2025, disputada entre Inglaterra y España, fue vista por 16.2 millones de personas en Reino Unido (BBC + ITV), mientras que en España reunió una audiencia promedio de 4.13 millones y alcanzó un pico de 6.4 millones durante la tanda de penales; es decir, una cuota total del share en pantalla del 58 % en Radiotelevisión Española (RTVE). En conjunto, la cobertura de toda la Eurocopa sumó 22.1 millones de espectadores en televisión y generó 231 millones de interacciones en redes sociales. (BBC Sport & RTVE. (2025, julio 20). “Audience report UEFA Women's Euro 2025 Final”)
En América Latina, la Copa América Femenina 2025 muestra señales mixtas. En Chile, por ejemplo, el encuentro entre la selección local y Argentina alcanzó un pico de 1.38 millones de televidentes y fue lo más visto durante en Televisión Nacional (televisora chilena), acumulando más de 4.1 millones de personas durante las primeras jornadas del torneo. Sin embargo, fuera de casos excepcionales como el chileno, la cobertura en la región ha sido fragmentada por la oferta de plataformas digitales, con poca presencia en horarios prime time, limitada distribución en cadenas televisivas grandes y una inversión comercial aún menor que en Europa. La visibilidad del fútbol femenino latinoamericano sigue dependiendo del entusiasmo local más que de una estrategia continental coordinada por las instituciones que regulan el soocer y las empresas de medios. (TVN Chile. (2025, julio 27). “Chile vs Argentina fue lo más visto del día”. https://www.tvn.cl )
En el caso concreto del fútbol, la visibilidad de las jugadoras es un tema de aceptación entre las audiencias. Por ejemplo dos disciplinas con públicos marcadamente conservadores —la lucha libre profesional (World Wrestling Entertainment) y las artes marciales mixtas (Ultimate Fighting Championship)— concentran mayor representación mediática en comparación con sus homólogas femeninas en el fútbol. En la WWE, el cambio simbólico y estructural comenzó cuando se dejó de utilizar el término “Divas” para referirse a las luchadoras y se instauró el título WWE Women’s Championship, igualando al cinturón masculino y bajo el mismo estándar de “superestrellas”. Este ajuste en la liga femenina de lucha libre no solo implicó paridad visual, sino también narrativa: las mujeres dejaron de aparecer como contenido secundario y ocuparon el puesto protagónico en eventos estelares, con historias desarrolladas y luchas competitivas al mismo nivel atlético que los varones en la disciplina. Stephanie McMahon, directiva de la organización en 2022, lo definió como una estructuración no basada en el género, sino en el rendimiento (Mohdin, A., & Chibber, K. (2022, July 21). A lesson in gender equality from the world of pro wrestling. Quartz. https://qz.com/654863/a-lesson-in-gender-equality-from-the-world-of-pro-wrestling).

En la UFC, la representación de las atletas tiene matices. Aunque peleadoras como Ronda Rousey y Amanda Nunes son estrellas de su propia liga y han atraído millones de fanáticos, las figuras de peleadoras femeninas -dentro de la narrativa institucional de las artes marciales- oscilan entre lo empoderante y lo paradójico. De acuerdo con un estudio publicado por Gender & Society (UC Riverside, 2022), muchas atletas en el MMA (Artes Marciales Mixtas) reproducen una lógica individualista que contrasta con los discursos feministas, donde los campeonatos se ganan a pesar de la falta de organización colectiva y precariedad laboral. Las figuras de las peleadoras se muestran fuertes, pero no adoptan ideologías de igualdad de género; atribuyen su rendimiento al esfuerzo propio y a la resilencia física, no a condicionantes externos como cuotas de paridad.
Algunas de las peleadoras se reconocen bajo perfiles contrastantes —“girly and fighter”, “lover and killer”— cualidades que las hacen cercanas con el público femenino, pero refuerzan estereotipos de género. A pesar de ello, la UFC les brinda un espacio protagónico en cartelera, cosa que en el fútbol femenino aún parece excepcional y no estructural. (Hamilton, J. (2022). “Girly” and Fighter: Are MMA women breaking barriers? Gender & Society, University of California, Riverside. https://news.ucr.edu/articles/2022/08/24/girly-and-fighter-are-mma-women-breaking-barriers).
El contraste es evidente: incluso en deportes considerados más “violentos” o dirigidos a las audiencias masculinas – según los roles de género – las narrativas mediáticas han avanzado más en materia de protagonismo femenino en comparación con el fútbol. Las jugadoras insisten no solo por mejores sueldos, sino por visibilidad, respeto mediático y condiciones equitativas. La equidad no depende del tipo de público, sino de las decisiones institucionales que modelan el discurso deportivo.
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¹ En México, el término 'fútbol femenil' es de uso común y ha sido adoptado oficialmente por la Federación Mexicana de Fútbol para referirse a la Liga MX Femenil. Esta forma, aunque válida y reconocida como un mexicanismo, difiere del término 'fútbol femenino, que es el recomendado por la Real Academia Española (RAE) y utilizado internacionalmente por organismos como la FIFA, UEFA y CONMEBOL. En este texto se utiliza 'femenil' exclusivamente en referencia al contexto mexicano y 'femenino' para el panorama internacional o general del deporte practicado por mujeres.