El presidente Vladimir Putin enfrentó la semana pasada lo que algunos expertos consideran una de las mayores crisis desde que llegó a la presidencia Rusia. Lo anterior como consecuencia de un intento de rebelión iniciado por Yvegeny Prigozhin, líder de los mercenarios del Grupo Wagner.
El evento tuvo inicio el pasado viernes, 23 de junio, cuando Prigozhin publicó un video en el que llamó al Grupo Wagner a levantarse en contra del ejército ruso señalando que la justificación de Moscú para iniciar su operación militar en Ucrania se había basado en mentiras.
Esta declaración tomó por sorpresa al gobierno de Vladimir Putin, quien consideraba a Prigozhin aliado del Kremlin. Incluso, el Grupo Wagner ha sido clave en la toma de ciudades clave en el marco del conflicto en Ucrania.
Tras ser publicado el video, el sábado 24 de junio, Prigozhin anunció que sus tropas habían cruzado la frontera desde Ucrania hacia el sur de Rusia asegurando que estaban listos para ir "hasta el final" en contra de los altos mandos militares rusos. Por su parte, mediante un video, Vladimir Putin señaló que protegerían al pueblo ruso y a la condición de Estado de cualquier amenaza, "incluso de la tración", palabra con la que calificó al levantamiento.
Finalmente, en medio del incremento de la tensión, el intento de rebelión llegó a su fin con la mediación de Alexandr Lukashenko, presidente de Bielorrusia, logrando que Putin y Prigozhin llegaran a un acuerdo para "evitar un derramamiento de sangre".
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