Cada año, la Reunión Anual del Foro Económico Mundial reúne a los principales tomadores de decisiones del gobierno, las empresas y la sociedad civil para abordar los principales problemas y prioridades globales para el próximo año. En la 54ª Reunión que fue del 15 al 19 de enero de este año, bajo el lema “Reconstruir la confianza”, en Davos, Suiza, más de 300 figuras públicas, incluidos más de 60 jefes de estado y de gobierno, se centraron en las siguiente áreas:
Lograr la seguridad y la cooperación en un mundo fracturado.
La inteligencia artificial como motor de la economía y la sociedad.
Crear crecimiento y empleo para una nueva era.
Una estrategia a largo plazo para el clima, la naturaleza y la energía.
Según la página del Foro Económico Mundial la 54ª Reunión Anual del Foro Económico Mundial ofreció un espacio crucial para centrarse en los principios fundamentales que impulsan la confianza, entre ellos la transparencia, la coherencia y la rendición de cuentas.
Pero las consecuencias actuales de la pandemia de COVID-19, así como de los nuevos conflictos en todo el mundo, pueden dificultar la reconstrucción de la confianza en las instituciones. Y hoy en día, la relevancia del propio foro es, a menudo, objeto de debate.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, el secretario del Estado estadounidense, Antony Blinken, el primer ministro español, Pedro Sánchez, y el presidente francés, Emmanuel Macron, se encuentran entre los principales asistentes al evento.
Otro de los asistentes al evento fue el presidente de Argentina, Javier Milei, en su
primera gira por el extranjero desde que asumió el cargo el mes pasado. Tuvo
declaraciones controversiales: llamó a los líderes empresariales y políticos a
rechazar el socialismo y en su lugar abrazar el “capitalismo de libre empresa” para
poner fin a la pobreza mundial.
“Hoy estoy aquí para decirles que el mundo occidental está en peligro”, declaró.
“Y está en peligro porque aquellos que se supone deben defender los valores de
Occidente están cooptados por una visión del mundo que conduce
inexorablemente al socialismo y, por tanto, a la pobreza”, añadió.
Otra de las declaraciones importante fue la de Nicola Mendelsohn, directora del
grupo empresarial global de Meta, pues dijo que la revolución actual de la IA es un
“momento sísmico que no habíamos visto en una década”.
En medio del conflicto en Ucrania y Gaza, escuchamos a líderes como Volodymyr
Zelenskyy, Isaac Herzog, Bisher Hani Al Khasawneh, Hossein Amir-Abdollahian y
Mohammad Mustafa, quienes analizaron los caminos posibles para alcanzar la
paz.
Pedro Sánchez y Emmanuel Macron pidieron colaboración en la gobernanza de la
inteligencia artificial, por lo que la cooperación no sólo es necesaria en el contexto
de la seguridad y la geopolítica, también en estos temas.
En este contexto, también se abordó la cuestión de la desinformación por el
impacto de que más de 4000 millones de personas acudan a las urnas este año.
A pesar de no ofrecer soluciones firmes a los problemas, Davos aún puede verse
como una oportunidad para mitigar los factores que conducen a un conflicto
global. Al término de este evento se puede concluir que los principales temas que
se abordaron fueron de geopolítica, el futuro de la inteligencia artificial y el cambio
climático.
No es realista pensar que Davos, o cualquier reunión internacional pueda
reconstruir la confianza, cuando está “fragmentada en tantas dimensiones”.
Aunque en la esfera del sector privado y social se lograron “puntos de partida”, es
una oportunidad para reflexionar sobre los desafíos claves del mundo, marcado
por las tensiones de los últimos años, pero también por tendencias que definirán el
futuro.
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