Los líderes mundiales subieron al podio en medio de la fragmentación global. Entre los temas de conversación más importantes estuvieron el conflicto armado Rusia-Ucrania, los abusos de los derechos humanos contra los palestinos, la violencia renovada en Karabaj y el futuro de la ONU.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, abrió la reunión y denunció la “falta de voluntad política” para revertir las desigualdades ante la Agenda 2030. En su discurso, el mandatario brasileño resaltó la inseguridad alimentaria, la cual afecta a 735 millones de personas.
El presidente de Bolivia, Luis Arce, abogó por el fin del bloqueo económico a Cuba y defendió el multilateralismo.
El mandatario colombiano, Gustavo Petro, propuso que la ONU convoque conferencias de paz para “acabar” con los conflictos en Ucrania y Palestina.
El presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, denunció la presunta “injerencia internacional” en el proceso electoral guatemalteco. Mientras tanto, la presidenta peruana, Dina Boluarte, dijo que habrá atención inmediata a las cuestiones meteorológicas, pues en los próximos meses el fenómeno llamado “El Niño”, llegará a las costas del Pacífico.
Durante su participación en el debate, el presidente de Panamá, Laurentino Cortizo, llamó a atender en conjunto la migración irregular sin dejar de lado el respeto a los derechos humanos.
Otra de las intervenciones controversiales del primer día fue la del presidente Volodymyr Zelensky de Ucrania, que presentó la agresión de Rusia como una amenaza mundial implacable que no se detendría en las fronteras de Ucrania."El objetivo de la actual guerra contra Ucrania es convertir nuestra tierra, nuestro pueblo, nuestras vidas y nuestros recursos en un arma contra ustedes, contra el orden internacional basado en reglas", dijo Zelensky a los líderes reunidos. Añadió que Rusia estaba utilizando elementos esenciales como alimentos y energía como armas “no sólo contra nuestro país, sino también contra todos los suyos”.
